#diainterternaciomaldelaspersonassordociegas
Hoy es el Día Internacional de las Personas Sordociegas. Las discapacidades son un reto para la sociedad ya que nos fuerza a pensar nuestra cotidianeidad mucho más allá de nosotras y nosotros mismos. Propiciar una Democracia Accesible, que permita que la ciudadanía pueda desarrollarse en las mismas condiciones sin importar tu punto de partida, es un reto para todas las personas.
Pensar en las personas sordociegas supone hacerlo en personas que combinan una alteración en la vista y en la audición. Supone que las soluciones y los avances en accesibilidad que se han conseguido para las discapacidades visuales, o auditivas, no son suficientes, siendo incluso incompatibles. Por ejemplo, el principal método de comunicación es el alfabeto manual o dactilológico, en la que se realizan símbolos en la palma de la mano de la otra persona.
El alfabeto dactilológico español es un sistema unimanual, es decir, que se realiza configurando cada una de las letras del alfabeto con una sola mano, mientras que en algunos países se utilizan ambas manos para una sola letra (bimanual). Este sistema consiste en deletrear cada letra del mensaje sobre la palma de la mano de la persona sordociega que recibe, de la manera más cómoda y rápida posible, asegurando siempre su captación táctil por la persona sordociega.
La colocación más cómoda sería con ambos interlocutores sentados frente a frente. La personas que emite el mensaje coge con su mano libre la mano de la persona sordociega que está recibiendo el mensaje (suavemente y sin apretar, pero procurando que esté firme y no se mueva) mientras con la otra mano se configuran las letras.
Las personas sordociegas usan un bastón rojo y blanco, para diferenciarlos de las personas ciegas, que lo usan de color blanco. Para avisar de nuestra presencia o para avisarla, debemos tocar el hombro o brazo con suavidad, y lo más apropiado si queremos guiarlas es que se coja de nuestro brazo.
Es importante señalar que la sociedad tiene un reto para con las personas con discapacidad, hoy en concreto con las personas sordociegas, pero este reto puede ser mayor con las personas que no tienen ninguna discapacidad. Nuestro resto es atenderlas con normalidad, con todo respeto y dignidad, es esforzarnos en la inclusión social, en sumar los esfuerzos individuales para que no haya discriminación, y es apoyarlas en sus luchas y reivindicaciones, para que el Estado tome también su responsabilidad en crear un lugar geográfico y social accesible e inclusivo.