La economía social ha supuesto el contexto y la plataforma idóneos para desarrollar proyectos en beneficio de la sociedad y de colectivos necesitados con una visión económica sostenible para con las personas y los animales, para con el medio ambiente y para con la propia economía.
Las cooperativas ponen el foco en obtener beneficios económicos para las personas socias y beneficios sociales y comunitarios para los lugares donde desarrolle su actividad. Una cooperativa no debería dejar indiferente a nadie: como instrumento generador de empleo de calidad y como instrumento de mejora de la sociedad en su conjunto. Para algunos colectivos como las personas migrantes, las personas con discapacidad y las mujeres, asociarse en una cooperativa supone sumar experiencias y saberes para generar recursos suficientes que permita vivir una vida digna a esas personas, con una visión regeneradora de sus entornos ambientales y sociales, buscando intencionalmente la integración de todas las personas, el crecimiento entre todos y todas.
Hoy 4 de julio, Día Internacional de las Cooperativas, queremos reivindicar el papel necesario de las cooperativas para la mejora de las condiciones de vida de muchas personas con discapacidad y sus familias. No sólo desde la visión necesaria de los recursos económicos si no de lo que supone a personas que no tienen oportunidades laborales, que viven situaciones de exclusión a diario, de dignificar a las personas dándoles valor como personas, no simplemente por cuánto producen o generan.
Un ejemplo es la propuesta que ha desarrollado el Ayuntamiento de Barcelona, ayudando a 25 personas con discapacidad para que gestionen 10 kioskos de la ciudad que estaban en desuso.
El proyecto lo lidera el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, “se trata de una oportunidad real de inclusión para un colectivo históricamente olvidado y que de esta manera podría participar de una actividad insertada en la comunidad.” El ayuntamiento busca además probar un nuevo modelo de negocio para los kioskos, buscando que además sean puntos de referencia para la ciudadanía, donde poder compartir un libro o usar el wifi.
La cooperativa “es un impulso más en la autonomía personal de las personas con diversidad funcional y por eso tener trabajo es fundamental”.
Nuestra cooperativa socia Cuarto Sector trajo hace unas semanas la historia de otra cooperativa catalana que ha desarrollado una red de supermercados en Barcelona donde gran parte de las personas empleadas son personas con discapacidad intelectual, hablamos de Coopmercat, como señalan en el artículo, la visión es de crear relaciones comerciales integrales que impliquen a los empleados, a los consumidores, a los productores y al barrio.
Por último, queremos presentar un libro muy apropiado para este día: “Cooperativas y Empleo de Calidad para las Personas con Discapacidad”, volumen publicado por Aranzadi a comienzos de año. La monografía se encuadra dentro Proyecto de Investigación titulado «Las cooperativas como instrumento de política de empleo ante los nuevos retos del mundo del trabajo» (RTI2018-097715-B-I00). Proyecto que ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad del Gobierno español, la Agencia Estatal de Investigación y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la Unión Europea, en el marco de la Convocatoria correspondiente a 2018 de Proyectos de I+D+i «Retos de investigación» del Programa Estatal de I+D+i orientado a los retos de la sociedad.
En concreto, esta monografía tiene por hipótesis principal demostrar que las cooperativas son propicias para lograr el empleo de calidad de las personas con discapacidad. Y ello porque la inclusión en el mercado de trabajo de las personas con discapacidad, la conservación de sus puestos de trabajo, el facilitar que progresen profesionalmente y su derecho a formarse son formas concretas de materializar, desde el punto de vista práctico, algunos de los principios cooperativos, como el de «adhesión voluntaria y abierta», el de «educación, formación e información» o el de «interés por la comunidad», así como el principio inherente a toda entidad de la Economía Social que consiste en la «promoción de la solidaridad interna y con la sociedad, para favorecer el compromiso con la igualdad de oportunidades de todas las personas, la inserción de las personas en riesgo de exclusión social y la generación de empleo estable y de calidad». CITA
El libro desarrolla a lo largo de 6 capítulos la visión constitucional de la cuestión así como lo relativo al régimen jurídico de la discapacidad y de las cooperativas para cerrar con un estudio sobre la contratación pública como medio para el crecimiento de las cooperativas de personas con discapacidad. Sin duda un volumen que aporta una visión muy seria acerca de la necesaria conjunción del modelo cooperativo para la inclusión de las personas con discapacidad en el mundo laboral y en la sociedad.
¡Felicidades a todas las cooperativas!